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La apoteosis del intervencionismo

28/10/2023

Hernando F. Calleja

En el marco incomparable del Museo de Arte Reina Sofía, se presentó el
programa conjunto del PSOE y Sumar. En el amplio salón la señora Díaz y el
señor Sánchez representaban una tragicomedia a cuatro manos titulada
Apoteosis del intervencionismo.

La pieza tiene poco de original y mucho de repetitivo; escaso valor literario y
expresiones grandilocuentes y melifluas, pero lo que importa es el fondo,
naturalmente. Y en el fondo, lo que se nos presenta es la profundización del
intervencionismo en todos los ámbitos de la vida, cuya máxima expresión (no
sé si muchos comentaristas han reparado en ello) es el anuncio de una Ley
de Usos del Tiempo, cuyo simple enunciado, entre nazi y orwelliano, hace
estremecer a cualquiera que tenga una pequeña inclinación por dedicar el
tiempo que le dé la vida a lo que le apetezca, sin que nadie le obligue a “una
organización del tiempo más equilibrada”.

Si se han repuesto los lectores del estupefaciente anuncio de esta nueva Ley
(confieso que a mí me ha costado varias horas) pasaremos a la retahíla de
medidas que están decididos a aplicar los dos partidos proponentes, sin
agotar la lista para evitar que le dé al lector un alifafe.

Se nos anuncia nada más y nada menos que el Estatuto del Trabajador del
siglo XXI, pero antes, el mamotreto firmado nos informa de la reducción de la
jornada laboral máxima sin reducción salarial, con un calendario establecido
que supondrá que en 2024 se reduzca a treinta y ocho horas y media
semanales para alcanzar en 2025 el objetivo final de las treinta y siete horas
y media. También nos previene de medidas de garantía frente al despido y de
la elevación del Salario Mínimo Interprofesional hasta el 60 por ciento del
salario medio. Esta cuestión es graciosa si no fuera porque se trata de un
engaño permanente. Veamos. Cuantas veces se suba el SMI, subirá el
salario medio, por lo tanto, habrá que volver a subir el SMI para alcanzar el
60 por ciento del salario medio. Sumar y seguir.

Estas medidas cuantificadas y a fecha fija, deben estar al margen del
grandilocuente pronunciamiento sobre que el diálogo social “es la
herramienta fundamental en el ámbito laboral”, porque a algunos agentes
sociales se les atragantó el aperitivo al enterarse.

No podía faltar en el documento algún proyecto de creación de organismos
públicos, como es propio de los progresistas de lo suyo. Hay que buscar
acomodo. Por ello, además de potenciar los existentes, se nos anuncian la
creación de un Consejo Nacional por la Productividad y una Autoridad de
Defensa del Cliente Financiero. Son innecesarios y además redundantes.
¿Para qué sirven, si no, el Consejo Económico y Social y las dependencias
ad hoc del Banco de España? Para un país endeudado hasta las pestañas y que, además, no paga a los inversores defraudados, como han exigido cortes
de arbitraje y tribunales de todo el mundo, ¿qué importa crear nuevos y
caros organismos? El pacto PSOE-Sumar lo tiene todo previsto.

Los ciudadanos pagarán muchos más impuestos, porque habrá una reforma
fiscal (nunca hay reformas fiscales que conduzcan a pagar menos) que
logrará que los ingresos sobre el PIB alcancen la media europea. ¿Cómo?
Con la guerra fiscal a las grandes empresas, a los patrimonios y a las rentas
del capital, pero también a las familias que gasten productos no ecológicos, a
los jóvenes que coman hamburguesas y consuman otras comidas-basura.

Como no conviene perder el tiempo y mientras llegan los nuevos impuestos,
volvamos a los engaños. Se convertirán en estables los gravámenes
transitorios a las empresas de financieras y a las eléctricas, sin que se
puedan descuidar otras actividades que puedan ser incorporadas al elenco
de La maldición de ganar dinero, otra obrita dramática de los guionistas
PSOE-Sumar.

Acabando, que lo mucho cansa, una alusión a los “planes de choque” que
nos anuncian. Uno de ellos, no podía faltar, contra el desempleo juvenil. Esta
promesa ya le valió a Felipe González una huelga general el 14 de diciembre
de 1998 y, sobre todo, es la constatación del fracaso del llamado Plan
Garantía Juvenil 2021-2027, que la señora Díaz prometió dotar con 4.950
millones de euros y de cuyo destino final lo ignoramos todo. El otro plan de
choque, claro, contra el paro de larga duración de los mayores de 45 años.
Eso se llama la ley de la compensación.

En fin, para justificar el título, vuelvo por donde empecé. La injerencia e
intervención del tándem PSOE-Sumar llega al extremo de proponer intervenir
en los contenidos de internet para “garantizar la neutralidad de la red”.

Atentos, algunas veces cumplen sus promesas

https://www.diarioabierto.es/676050/la-apoteosis-del-intervencionismo

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